Cuando se habla de resiliencia y gestión de riesgos, dos cosas me vienen a la mente. Con respecto al riesgo, a menudo pensamos que se trata de la posibilidad de que suceda algo malo. Sin embargo, en los negocios, como en la vida, tomar riesgos a menudo resulta en cambio y crecimiento. Sin embargo, a menudo no corremos riesgos por miedo al fracaso.

Los oradores que abordan el riesgo conocen tanto los aspectos positivos como los negativos afectados. Sin embargo, debido a su experiencia e investigación particulares, no solo han asumido riesgos, sino que los han gestionado eficazmente y han allanado el camino hacia el éxito.

Con respecto al término resiliencia, se piensa en la capacidad de perseverar en una situación de crisis. Y esta situación puede aplicarse tanto a los aspectos personales como comerciales de su vida. Esencialmente, se refiere a la capacidad de afrontar mental y emocionalmente situaciones difíciles.

En el mundo difícil y acelerado de hoy, la resiliencia y la gestión de riesgos se han convertido en factores importantes en la vida de las personas y las organizaciones. Sin embargo, ambos son necesarios para superar la adversidad y alcanzar el éxito. Una mentalidad resistente ayuda a hacer frente a la presión, el cambio, el estrés y a superar los obstáculos.